Todos la tenemos, o por lo menos eso creemos.
¿Cómo es esto posible?
La realidad es tan grande que no nos queda más que reconocer que nuestra verdad no es más que nuestro limitado punto de vista...
¿Cierto?
¿Cómo saber entonces, quién tiene la razón en estos momentos políticos de nuestro país?
¿La izquierda, o la derecha?
Siendo tan racionales como de costumbre, necesitaríamos escuchar los argumentos de ambas partes.
Pero sabemos que ambas partes pondrían sobre la mesa los datos que favorecen su punto de vista y los uniría de la misma manera conveniente para respaldar su posición.
Difícilmente llegando cada quien a una comprensión o posición diferente.
Esta es la historia de la humanidad.
¿Y si ambos tuvieran razón?
Tomemos la historia de Tomas Alba Edison como ejemplo. El Director mandó una nota a la madre de Edison diciendo que no podían seguirlo recibiendo en la escuela por su limitada inteligencia.
Seguramente, si la madre hubiera cuestionado al Director, este hubiera proporcionado la evidencia de su conclusión.
Sí, la madre hubiera aceptado que el Director tenía razón, la madre hubiera tratado a Edison como un tonto, y Edison se hubiera convencido de serlo. De manera que el Director hubiera tenido razón.
Lo curioso fue que la madre no aceptó las razones del Director, y pese a la evidencia, ella creo en su mente una historia totalmente disparatada y sin ningún fundamento, sin datos que la respaldaran, por así decirlo, que Edison era un genio. Convenció a Edison de que lo era. Lo fue. Y consecuentemente, el Director no tuvo la razón.
¿Será que tener la razón no tiene nada que ver con los datos existentes, sino con la historia, la visión que creamos y creemos en nuestra mente?
Veamos otro ejemplo.
En una empresa lo más probable es que haya cosas buenas y cosas malas. Si le preguntamos a los empleados cómo es para ellos trabajar en esa empresa, lo más probable es que no todos estarán de acuerdo. Algunos dirán que se sienten muy a gusto. Otros que más o menos. Y algunos más dirán que están allí sólo porque no les queda de otra.
¿Quién tiene la razón?
Evidentemente nadie. Cada quien vive en su propia historia.
Pero, ¿qué tal si el asunto se tratara de si la empresa esta siendo bien o mal administrada, como parece ser el cuestionamiento en el asunto de nuestro país?
¿Sigue siendo la realidad igual de subjetiva?
¿O es claro que existen mejores prácticas, objetivas, contra las cuales medir el desempeño?
Si consideramos estas mejores prácticas para señalar que se están haciendo las cosas mal, ¿cómo es esto diferente de la evaluación que hizo el Director al correr a Edison de la escuela?
¿Cómo es que la madre tuvo razón a pesar de esta evidencia?
Henry Ford dijo:
"Si crees que puedes, o crees que no puedes, tienes razón"
¿Aplicará lo mismo para un país o el mundo?
"Si crees que México y el mundo van mal, o crees que México y el mundo, van bien, tienes razón."
¿Será que tener la razón y los datos existentes son irrelevantes y lo que en verdad importa es la historia, la visión que creamos y creemos en nuestra mente?
¿Lo que crees, lo creas?
¿Tú qué opinas?
Afectuosamente,
Eduardo Quezada
¿Cómo es esto posible?
La realidad es tan grande que no nos queda más que reconocer que nuestra verdad no es más que nuestro limitado punto de vista...
¿Cierto?
¿Cómo saber entonces, quién tiene la razón en estos momentos políticos de nuestro país?
¿La izquierda, o la derecha?
Siendo tan racionales como de costumbre, necesitaríamos escuchar los argumentos de ambas partes.
Pero sabemos que ambas partes pondrían sobre la mesa los datos que favorecen su punto de vista y los uniría de la misma manera conveniente para respaldar su posición.
Difícilmente llegando cada quien a una comprensión o posición diferente.
Esta es la historia de la humanidad.
¿Y si ambos tuvieran razón?
Tomemos la historia de Tomas Alba Edison como ejemplo. El Director mandó una nota a la madre de Edison diciendo que no podían seguirlo recibiendo en la escuela por su limitada inteligencia.
Seguramente, si la madre hubiera cuestionado al Director, este hubiera proporcionado la evidencia de su conclusión.
Sí, la madre hubiera aceptado que el Director tenía razón, la madre hubiera tratado a Edison como un tonto, y Edison se hubiera convencido de serlo. De manera que el Director hubiera tenido razón.
Lo curioso fue que la madre no aceptó las razones del Director, y pese a la evidencia, ella creo en su mente una historia totalmente disparatada y sin ningún fundamento, sin datos que la respaldaran, por así decirlo, que Edison era un genio. Convenció a Edison de que lo era. Lo fue. Y consecuentemente, el Director no tuvo la razón.
¿Será que tener la razón no tiene nada que ver con los datos existentes, sino con la historia, la visión que creamos y creemos en nuestra mente?
Veamos otro ejemplo.
En una empresa lo más probable es que haya cosas buenas y cosas malas. Si le preguntamos a los empleados cómo es para ellos trabajar en esa empresa, lo más probable es que no todos estarán de acuerdo. Algunos dirán que se sienten muy a gusto. Otros que más o menos. Y algunos más dirán que están allí sólo porque no les queda de otra.
¿Quién tiene la razón?
Evidentemente nadie. Cada quien vive en su propia historia.
Pero, ¿qué tal si el asunto se tratara de si la empresa esta siendo bien o mal administrada, como parece ser el cuestionamiento en el asunto de nuestro país?
¿Sigue siendo la realidad igual de subjetiva?
¿O es claro que existen mejores prácticas, objetivas, contra las cuales medir el desempeño?
Si consideramos estas mejores prácticas para señalar que se están haciendo las cosas mal, ¿cómo es esto diferente de la evaluación que hizo el Director al correr a Edison de la escuela?
¿Cómo es que la madre tuvo razón a pesar de esta evidencia?
Henry Ford dijo:
"Si crees que puedes, o crees que no puedes, tienes razón"
¿Aplicará lo mismo para un país o el mundo?
"Si crees que México y el mundo van mal, o crees que México y el mundo, van bien, tienes razón."
¿Será que tener la razón y los datos existentes son irrelevantes y lo que en verdad importa es la historia, la visión que creamos y creemos en nuestra mente?
¿Lo que crees, lo creas?
¿Tú qué opinas?
Afectuosamente,
Eduardo Quezada