La confusión es una de las principales razones por la que no aprovechamos todo el potencial de nuestra mente.
El diccionario define la confusión de la siguiente manera:
f. Mezcla de cosas diversas.
Desorden, falta de concierto y de claridad: confusión al hablar.
Perplejidad, desconcierto, desasosiego: durante el terremoto hubo una gran confusión.
Error, equivocación: tuve una confusión en el examen.
Cuando aplicamos este concepto a nuestra mente se refiere a que tenemos una mezcla de pensamientos y creencias en nuestra cabeza, muchas de las cuales se contradicen.
El ejemplo típico son las ideas que tenemos acerca del dinero. Por una parte lo deseamos porque nos da acceso a comfort, seguridad, libertad y muchas otras cosas más. Por otra parte nos han enseñado que es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja a que un rico entre en el reino de los cielos.
De manera semejante, cuando emprendemos un nuevo proyecto a la mayoría de las personas los invade la duda. ¿Será que vale la pena? ¿Tendré éxito? La duda surge precisamente de tener ideas o creencias que se oponen. Podemos tener la idea o creencia si puedo lograrlo, pero también la idea o creencia: A veces he fallado, o la situación económica esta difícil.
Otra fuente de confusión son las ideas mal entendidas.
Por ejemplo, acabo de recibir un video, que comparte algo de la sabiduría budista y dice entre otras cosas: el apego a las cosas es la causa de nuestro sufrimiento, no pienses demasiado en el futuro, lo que tenga que pasar pasará.
Examinemos la primera frase, el apego a las cosas es la causa de nuestro sufrimiento.
¿Qué es el apego?
Según el diccionario
m. Afecto, cariño o estimación hacia una persona o cosa: tengo mucho apego a este vestido.
Luego entonces esta frase podría interpretarse como que no debo sentir afecto o cariño por las cosas. Aunque supongo que esa no es la intención, podría interpretarse de esa manera, a menos, claro esta, que se tenga el hábito poco común de reflexionar acerca de lo que uno lee. ¿De qué manera el apego a algo puede ser causa de sufrimiento? Pues supongo que se refiere, no al hecho de que disfrute mi motocicleta, o mi cama, o mi terraza con mis plantas, sino a que no haga depender mi felicidad de ello. Y esto aún no esta claro. ¿Quiere decir, que no lo disfrute? Supongo que no. Supongo que se refiere más bien al hecho de no sufrir por su ausencia. Disfruto mi motocicleta, la sensación de libertad que me proporciona, pero si me la roban, no me tiro al drama, pues confío en que generaré los recursos para comprarme otra. Esa podría parecer una interpretación más clara, y sobretodo, una interpretación que se alinea mejor con el resto de mis creencias.
De alguna manera he llegado a pensar que las creencias forman una estructura, algo así como la de los edificios, donde cada viga y columna es una creencia que se vincula a otras, y más que vincular una viga o columna a otra sin mayor reflexión, nuestra estructura de creencias requiere de reflexión en su acomodo para poder generar algo estable y hermoso que permita un crecimiento más rápido y seguro.
Lo que tenga que pasar pasará.
¿Cómo interpretas esto? Quizás de manera parecida a como lo hemos hecho quienes crecimos con una formación católica, que decimos, será cómo Dios quiera. ¿Qué quiere decir esto? Que si soy pobre la mejora de mi condición económica es cuestión de Dios. ¿Que si es algo que esta previsto, así sucederá, y por lo tanto, no hay que preocuparse del asunto? Si es así, ¿por qué esforzarse? ¿Por qué cuidar nuestra alimentación si después de todo nuestra salud no depende de ello sino del destino o la voluntad Divina? Ninguna de estas es una interpretación que se alinie con el resto de mis creencias. Yo creo por ejemplo que la voluntad de Dios es que se haga nuestra voluntad. He visto que cuando alguien dice, no puedo, Dios dice, concedido. Y cuando alguien dice, no se como pero lo voy a lograr, lo logra. He leído que Jesús dijo, pide y se te dará, o que si tienes la fe del tamaño de un grano de mostaza le dirías a esa montaña muévete y se movería.
No obstante me inclino a pensar que la mayoría de las personas tienden a interpretar , lo que tenga que pasar pasará, de una manera fatalista. Si no estas familiarizado con esta palabra, esta es una definición de diccionario…
fatalista adj. Relativo al fatalismo: doctrina fatalista.
adj. y com. Partidario de esta doctrina: filósofo fatalista.
Que acepta todo lo que sucede sin resistirse, porque lo cree determinado por el destino: deja ya esa actitud fatalista y lucha por cambiar las cosas.
Mis creencias no me permiten incorporar esta creencia fatalista, pero si tengo otra que ofrecer que bien pudiera ser a lo que se refiere esta frase, sentencia o enseñanza.
Acepta lo que es.
Esta es una sentencia más acorde a mis creencias que en una primera instancia sugiere la misma actitud fatalista que lo que tenga que pasar pasará, pero veamos porque no es así.
Acepta lo que es parece sugerir, que si mi pareja me golpea, debo aceptar que lo siga haciendo, quizás porque es mi destino o porque seguramente se debe a la voluntad de Dios y es lo que merezco. Nada que ver. Y he aquí un claro ejemplo de la importancia de reflexionar acerca de lo que leemos y escuchamos para no provocar un desorden mental que sólo acaba por minar nuestra inteligencia, energía y felicidad.
Otra posible interpretación de “Acepta lo que es” llegó a mi a través de mi perrita Yorkshire. Un día llegué a casa y se había hecho pipí donde no debía. Fui a buscar un periódico para darle un par de periodicazos mientras le señalaba la pipí y le decía en voz alta, NO! NO! Aquí no se hace pipí. Lo hice y ella apresuradamente se alejó de mi. Fui a buscar algo con que limpiar y mientras lo hacía, para mi sorpresa, mi perrita regresó, se detuvo frente a mi a 2 metros de distancia, me miró desafiante, separó sus patitas y se hizo pipí una vez más! En ese momento, como si me hubiera caido una manzana en la cabeza como a Newton, exclamé! ¡Claro!, ¡acepta lo que es! Acepta lo que es no es permitir que las cosas sean como son. Es decir, si mi perrita se sube a mi cama y se hace pipí, no voy a decir, acepta lo que es. O si se hace popó en el sillón, no aplica: acepta lo que es. Lo que acepta lo que es significa es acéptalo hasta este momento. Acepto que se haya hecho pipí donde no debe y acepto que no estoy siendo un buen entrenador y a partir de este aceptación, entonces creo una nueva posibilidad.
A este tipo de aceptación la he llamado aceptación dinámica para distinguirla y evitar la común mala interpretación de aceptar las cosas como son. Acepta las cosas como son, pero hazlo dinámicamente, es decir, aceptarlo sin molestarme, sin culpar, sin juzgar,hasta este momento, reconociendo que es parte de mi creación, y a partir de ese reconocimiento, idear algo para cambiarlo.
Así que, lo que tenga que pasar pasará, sí, voy a morir y mis seres queridos también van a morir, de hecho morirán alrededor de 7 mil millones de personas en los próximos 100 años. En ese sentido, no hay nada que hacer y lo acepto con ecuanimidad, más aún porque estoy convencido de que somos seres espirituales y la muerte es tan solo una transición. Adoptar la actitud de que lo que tenga que pasar pasará me libera en este caso, de pesar y preocupaciones, pero más allá de eso, creo que fui creado a imagen y semejanza del creador del universo y he venido aquí a aprender a crear. Mi vida es mi creación. Como dice Amado Nervo, creo que somos los arquitectos de nuestro propio destino, como dice la biblia, cada quien cosecha lo que siembra.
Tomo de lo que tenga que pasar pasará, que no hay nada de que preocuparse, después de todo, para mi, esta vida es solo un instante en nuestra existencia. Lo que tenga que pasar como resultado de lo que he sembrado, pasará y me enseñará que debo sembrar de manera diferente. Mientras tanto, acepto la cosecha que reciba, y si no es de mi total agrado, pienso, reflexiono respecto a cómo cambiar la semilla o la manera en que planté la semilla para generar una nueva cosecha.
Por lo que respecta a la frase, no pienses demasiado en el futuro hay ciertamente mucho que comentar. Volviendo a la metáfora de la estructura. Las ideas contenidas en el budismo son congruentes para crear una hermosa pagoda. Si estudias, asimilas y eliges vivir en una pagoda, es una excelente elección sin lugar a dudas. De igual manera si estudias, asimilas y eliges vivir en una catedral. El problema de la confusión es que vives en una estructura con elementos de pagoda, catedral, edificios modernistas y chozas prehispánicas que se contraponen. No estoy sugiriendo que elijas una religión o un tipo de arquitectura, aunque bien podría ser una mejor alternativa que la confusión que genera la mezcla sin reflexión. En lo personal, yo he elegido conocer las estructuras de diferentes religiones y pensadores, y hasta después de muchos años he descubierto lo que aquí te comparto, la necesidad de reflexionar para aclarar, para ordenar la estructura mental en la que habitamos, para crear algo que combine sentencias y enseñanzas de diversos maestros, pero en un todo armónico, poderosamente claro, que ilumine nuestra inteligencia y nuestro gusto por la vida.
El diccionario define la confusión de la siguiente manera:
f. Mezcla de cosas diversas.
Desorden, falta de concierto y de claridad: confusión al hablar.
Perplejidad, desconcierto, desasosiego: durante el terremoto hubo una gran confusión.
Error, equivocación: tuve una confusión en el examen.
Cuando aplicamos este concepto a nuestra mente se refiere a que tenemos una mezcla de pensamientos y creencias en nuestra cabeza, muchas de las cuales se contradicen.
El ejemplo típico son las ideas que tenemos acerca del dinero. Por una parte lo deseamos porque nos da acceso a comfort, seguridad, libertad y muchas otras cosas más. Por otra parte nos han enseñado que es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja a que un rico entre en el reino de los cielos.
De manera semejante, cuando emprendemos un nuevo proyecto a la mayoría de las personas los invade la duda. ¿Será que vale la pena? ¿Tendré éxito? La duda surge precisamente de tener ideas o creencias que se oponen. Podemos tener la idea o creencia si puedo lograrlo, pero también la idea o creencia: A veces he fallado, o la situación económica esta difícil.
Otra fuente de confusión son las ideas mal entendidas.
Por ejemplo, acabo de recibir un video, que comparte algo de la sabiduría budista y dice entre otras cosas: el apego a las cosas es la causa de nuestro sufrimiento, no pienses demasiado en el futuro, lo que tenga que pasar pasará.
Examinemos la primera frase, el apego a las cosas es la causa de nuestro sufrimiento.
¿Qué es el apego?
Según el diccionario
m. Afecto, cariño o estimación hacia una persona o cosa: tengo mucho apego a este vestido.
Luego entonces esta frase podría interpretarse como que no debo sentir afecto o cariño por las cosas. Aunque supongo que esa no es la intención, podría interpretarse de esa manera, a menos, claro esta, que se tenga el hábito poco común de reflexionar acerca de lo que uno lee. ¿De qué manera el apego a algo puede ser causa de sufrimiento? Pues supongo que se refiere, no al hecho de que disfrute mi motocicleta, o mi cama, o mi terraza con mis plantas, sino a que no haga depender mi felicidad de ello. Y esto aún no esta claro. ¿Quiere decir, que no lo disfrute? Supongo que no. Supongo que se refiere más bien al hecho de no sufrir por su ausencia. Disfruto mi motocicleta, la sensación de libertad que me proporciona, pero si me la roban, no me tiro al drama, pues confío en que generaré los recursos para comprarme otra. Esa podría parecer una interpretación más clara, y sobretodo, una interpretación que se alinea mejor con el resto de mis creencias.
De alguna manera he llegado a pensar que las creencias forman una estructura, algo así como la de los edificios, donde cada viga y columna es una creencia que se vincula a otras, y más que vincular una viga o columna a otra sin mayor reflexión, nuestra estructura de creencias requiere de reflexión en su acomodo para poder generar algo estable y hermoso que permita un crecimiento más rápido y seguro.
Lo que tenga que pasar pasará.
¿Cómo interpretas esto? Quizás de manera parecida a como lo hemos hecho quienes crecimos con una formación católica, que decimos, será cómo Dios quiera. ¿Qué quiere decir esto? Que si soy pobre la mejora de mi condición económica es cuestión de Dios. ¿Que si es algo que esta previsto, así sucederá, y por lo tanto, no hay que preocuparse del asunto? Si es así, ¿por qué esforzarse? ¿Por qué cuidar nuestra alimentación si después de todo nuestra salud no depende de ello sino del destino o la voluntad Divina? Ninguna de estas es una interpretación que se alinie con el resto de mis creencias. Yo creo por ejemplo que la voluntad de Dios es que se haga nuestra voluntad. He visto que cuando alguien dice, no puedo, Dios dice, concedido. Y cuando alguien dice, no se como pero lo voy a lograr, lo logra. He leído que Jesús dijo, pide y se te dará, o que si tienes la fe del tamaño de un grano de mostaza le dirías a esa montaña muévete y se movería.
No obstante me inclino a pensar que la mayoría de las personas tienden a interpretar , lo que tenga que pasar pasará, de una manera fatalista. Si no estas familiarizado con esta palabra, esta es una definición de diccionario…
fatalista adj. Relativo al fatalismo: doctrina fatalista.
adj. y com. Partidario de esta doctrina: filósofo fatalista.
Que acepta todo lo que sucede sin resistirse, porque lo cree determinado por el destino: deja ya esa actitud fatalista y lucha por cambiar las cosas.
Mis creencias no me permiten incorporar esta creencia fatalista, pero si tengo otra que ofrecer que bien pudiera ser a lo que se refiere esta frase, sentencia o enseñanza.
Acepta lo que es.
Esta es una sentencia más acorde a mis creencias que en una primera instancia sugiere la misma actitud fatalista que lo que tenga que pasar pasará, pero veamos porque no es así.
Acepta lo que es parece sugerir, que si mi pareja me golpea, debo aceptar que lo siga haciendo, quizás porque es mi destino o porque seguramente se debe a la voluntad de Dios y es lo que merezco. Nada que ver. Y he aquí un claro ejemplo de la importancia de reflexionar acerca de lo que leemos y escuchamos para no provocar un desorden mental que sólo acaba por minar nuestra inteligencia, energía y felicidad.
Otra posible interpretación de “Acepta lo que es” llegó a mi a través de mi perrita Yorkshire. Un día llegué a casa y se había hecho pipí donde no debía. Fui a buscar un periódico para darle un par de periodicazos mientras le señalaba la pipí y le decía en voz alta, NO! NO! Aquí no se hace pipí. Lo hice y ella apresuradamente se alejó de mi. Fui a buscar algo con que limpiar y mientras lo hacía, para mi sorpresa, mi perrita regresó, se detuvo frente a mi a 2 metros de distancia, me miró desafiante, separó sus patitas y se hizo pipí una vez más! En ese momento, como si me hubiera caido una manzana en la cabeza como a Newton, exclamé! ¡Claro!, ¡acepta lo que es! Acepta lo que es no es permitir que las cosas sean como son. Es decir, si mi perrita se sube a mi cama y se hace pipí, no voy a decir, acepta lo que es. O si se hace popó en el sillón, no aplica: acepta lo que es. Lo que acepta lo que es significa es acéptalo hasta este momento. Acepto que se haya hecho pipí donde no debe y acepto que no estoy siendo un buen entrenador y a partir de este aceptación, entonces creo una nueva posibilidad.
A este tipo de aceptación la he llamado aceptación dinámica para distinguirla y evitar la común mala interpretación de aceptar las cosas como son. Acepta las cosas como son, pero hazlo dinámicamente, es decir, aceptarlo sin molestarme, sin culpar, sin juzgar,hasta este momento, reconociendo que es parte de mi creación, y a partir de ese reconocimiento, idear algo para cambiarlo.
Así que, lo que tenga que pasar pasará, sí, voy a morir y mis seres queridos también van a morir, de hecho morirán alrededor de 7 mil millones de personas en los próximos 100 años. En ese sentido, no hay nada que hacer y lo acepto con ecuanimidad, más aún porque estoy convencido de que somos seres espirituales y la muerte es tan solo una transición. Adoptar la actitud de que lo que tenga que pasar pasará me libera en este caso, de pesar y preocupaciones, pero más allá de eso, creo que fui creado a imagen y semejanza del creador del universo y he venido aquí a aprender a crear. Mi vida es mi creación. Como dice Amado Nervo, creo que somos los arquitectos de nuestro propio destino, como dice la biblia, cada quien cosecha lo que siembra.
Tomo de lo que tenga que pasar pasará, que no hay nada de que preocuparse, después de todo, para mi, esta vida es solo un instante en nuestra existencia. Lo que tenga que pasar como resultado de lo que he sembrado, pasará y me enseñará que debo sembrar de manera diferente. Mientras tanto, acepto la cosecha que reciba, y si no es de mi total agrado, pienso, reflexiono respecto a cómo cambiar la semilla o la manera en que planté la semilla para generar una nueva cosecha.
Por lo que respecta a la frase, no pienses demasiado en el futuro hay ciertamente mucho que comentar. Volviendo a la metáfora de la estructura. Las ideas contenidas en el budismo son congruentes para crear una hermosa pagoda. Si estudias, asimilas y eliges vivir en una pagoda, es una excelente elección sin lugar a dudas. De igual manera si estudias, asimilas y eliges vivir en una catedral. El problema de la confusión es que vives en una estructura con elementos de pagoda, catedral, edificios modernistas y chozas prehispánicas que se contraponen. No estoy sugiriendo que elijas una religión o un tipo de arquitectura, aunque bien podría ser una mejor alternativa que la confusión que genera la mezcla sin reflexión. En lo personal, yo he elegido conocer las estructuras de diferentes religiones y pensadores, y hasta después de muchos años he descubierto lo que aquí te comparto, la necesidad de reflexionar para aclarar, para ordenar la estructura mental en la que habitamos, para crear algo que combine sentencias y enseñanzas de diversos maestros, pero en un todo armónico, poderosamente claro, que ilumine nuestra inteligencia y nuestro gusto por la vida.